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martes, 17 de febrero de 2009

Mi piel.


Si esta piel hablara, si tan sólo pudiera emitir un sonido de placer y de dolor, recordando todas las veces que la he lastimado, arañado, golpeado, las ocasiones que la han tocado, la han besado, la han acariciado.


Todos los momentos en que se ha visto afectada por el sol, por las drogas, por la deshidratación; todas las veces que me ha querido agradecer, por lavarla, por dejarla sentir el aire, la arena...


Si miraran lo que dicen mis manos, lo que dice mi piel, sabrían -al igual que yo- que son tantas cosas que no podrían entender -como no las entiendo yo-.


Estoy regresando, yendo y viniendo, llorando y riendo, conociendo y olvidando, recordando y aceptando, alejándome y acercándome, besándome y golpeándome... Estoy en una constante.


Y los médicos dicen: ¿En qué psiquiátrico deseas ingresar?...


Atentamente...

Yhoveh C.

-En compañía de sus demonios-